Las ciudades inteligentes están de moda. Más aún cuando las llamamos smart cities. Y eso que muchos de nosotros ni siquiera estamos de acuerdo en qué es una smart city. Incluso para los expertos el tema es complicado.
Resulta que las ciudades modernas (y sí, Madrid se encuentra entre ellas) son extremadamente complejas. Tienen demasiadas dimensiones a las que atender, cada una de ellas con su propia definición de lo que es smart y lo que no es smart. Así que resulta complicado saber si Madrid es una ciudad smart.
¿Qué factores hacen inteligente a una ciudad?
A pesar del debate, casi todos los expertos están de acuerdo en que una ciudad inteligente tiene que tener bien cubiertos y desarrollados seis puntos. una economía inteligente, un gobierno ciudadano inteligente, una ciudadanía inteligente, una gestión del entorno inteligente, una buena calidad de vida y una gestión en movilidad inteligente.
Algo que dice más bien poco porque parece que se le ha puesto una coletilla a todas las categorías importantes de la ciudad. ¿En qué es Madrid inteligente y en qué no lo es?
Una economía inteligente
Los expertos están de acuerdo en que una economía inteligente busca impulsar la competitividad de la ciudad con respecto a otras. En otras palabras, generar proyectos que podamos vender fuera de la ciudad. Exportar no solo materias primas (la mercancía de los siglos XVIII-XX), sino ideas y planes de empresa.
Fachada digital de Medialab-Prado. Fuente: Medialab Prado.
El objetivo es fomentar la innovación, la creatividad y la habilidad para transformarse. Y casi parece que estemos definiendo lo que es Medialab-Prado, en el Paseo del Arte de Madrid. Este espacio es uno de los muchos impulsores de cultura, tecnología, arte e ideas de Madrid, y somos una ciudad pionera en este tipo de iniciativas.
Una movilidad inteligente
Madrid es una de las ciudades con mejor movilidad y transporte del planeta. Los distintos ayuntamientos han sabido adaptar a la demanda la ciudad a medida que crecía, si bien es cierto que el modelo que se perfila en el horizonte ha sorprendido a las administraciones (de todo el mundo).
Madrid cuenta con uno de los mejores sistemas de transportes públicos, y aunque está muy encaminada al fomento del vehículo público, todavía queda un par de empujones más.
La gran ventaja que tenemos en la capital es que tanto el gobierno pasado como el presente insisten en las energías renovables y vehículos compartidos como futuro de la movilidad. Ambos fueron firmes a la hora de autorizar la implantación de servicios como Car2Go o Emov, que en otras ciudades del mundo usan combustibles fósiles.
Un gobierno inteligente
Precisamente los mismos que nos gobiernan han seguido el rumbo de ciudades que todos tenemos como modelo. Por ejemplo, Alemania empezó con los procesos de democracia participativa en 1998, y es muy rara la ciudad que no permite votar a sus ciudadanos cada pocos meses sobre temas cruciales de su ciudad.
Ámsterdam, Berlín, Oslo son algunas de las ciudades europeas más conocidas que permiten votar a sus ciudadanos. En Madrid esto es muy reciente (2015) pero nos estamos adaptando bastante bien.
Es muy sonado el caso de Plaza España, en el que ha habido varias votaciones vinculantes. Una para saber qué es lo que querían los madrileños de la plaza, otra para elegir dos de entre casi 80 proyectos, y en un mes tendremos otra para elegir el proyecto final que se llevará a cabo.
Una ciudadanía inteligente
Para que tenga sentido que la ciudadanía vote es necesario no solo que esta tenga un compromiso social, sino que posea una cierta inteligencia. Algo de lo que Madrid puede sentirse orgullosa.
En el informe independiente Índice IESE Cities in Motion se compararon cientos de ciudades de todo el mundo en base a distintos parámetros. Madrid está a la cabeza en cohesión social y gobernanza, dos parámetros muy ligados a una ciudadanía crítica e inteligente, informada y colaborativa.
Diagrama en el que se muestran distintos factores evaluados en comparación con Barcelona (y otras 179 ciudades). Fuente: Cities in Motion.
Vamos por muy buen camino, aunque los expertos destacan que en un futuro la participación debería ir creciendo a medida que el sistema madure.
Entorno y calidad de vida
Los unimos porque tienen mucho que ver el uno con el otro. Un entorno degradado perjudica a la calidad de vida, y viceversa. Aquí Madrid saca buenas notas porque dispone de grandes parques (como la Casa de Campo o el Retiro).
Lo que nos baja muchísimo la nota, y probablemente baje más, es la alta contaminación permanente de nuestros cielos. La boina de Madrid, generada por el transporte y los equipos de climatización, se ha convertido durante décadas en una constante para nuestra ciudad.
Es una de nuestras grandes asignaturas pendientes, que poco a poco van tomando soluciones. Cuando dentro de algunas décadas el transporte sea público y eléctrico todos podremos respirar más tranquilos.
Entonces, ¿es Madrid smart?
Lo es bastante. Madrid ha sido una ciudad que ha tardado mucho en actualizarse a ciudad inteligente pero que recorta posiciones a un paso agigantado. En el estudio mencionado, Madrid ha pasado del puesto 35 al puesto 12 mundial en tan solo un año, y quizá para 2017 o 2018 estemos en el TOP 10 mundial o el TOP 5 europeo 🙂
Imágenes | Exposición Smartcitizens 2013 (Madrid), Auto 10, Parque del Buen Retiro