Mucho ha cambiado Madrid desde que Goya se asomase a la Pradera de San Isidro en 1788 para retratar la ciudad. De hecho, esta ha crecido no solo en la zona céntrica que plasmó al fondo de la escena propia del día del Santo.
También lo ha hecho a su alrededor, desplegando barrios como el de Carabanchel que en su momento fueron municipios por derecho propio. Sin embargo, la mayoría de lo que hay que ver de Madrid lleva ahí desde hace siglos. Aquí una breve lista de algunos tejados, cúpulas y torres.
El oeste de Madrid
No resulta sencillo, pero desde determinados puntos elevados del parque de San Isidro se puede ver la punta del Faro de Moncloa, asomando sobre la el cementerio. Es el hito más grande al oeste de la panorámica que ofrece la pradera.
El barrio de Malasaña, con la calle Princesa, queda completamente oculto tras el barranco de San Vicente, del que hoy día solo se ve una cortina de casas. Coronadas, eso sí, por los edificios de la Plaza de España.
El centro de Madrid
En función de la perspectiva elegida, las Torres de Madrid (al norte) pueden quedar escondidas tras alguno de los edificios cercanos a Plaza de España. Pero para la mayoría de las vistas estos queda sobre la calle Princesa. Y, al lado, las inclinadas Torres Kio.
Aunque el Centro Comercial Príncipe Pío no se ve, metido como está en la hondonada del Manzanares, aproximadamente en su vertical se puede distinguir el contorno de Plaza de España.
Se ven las fachadas de Torre de Madrid y del Edificio España mirando a Plaza de España, confundiéndose en un efecto óptico con el extremo sur del Palacio Real. En la realidad se encuentra mucho más cerca del observador:
Tampoco es posible ver el observador del Templo de Debod, o su construcción central. Justo a la derecha del Edificio España puede observarse la Torre Picasso, mucho más al noreste, en el barrio de Cuatro Caminos. Y, al lado, la Catedral de la Almudena con su cúpula oscura.
Durante un par de grados en la visual no se puede ver nada relevante del skyline de Madrid. Tan solo cientos de tejados de los habitantes de la ciudad. Al menos, hasta que se llega al Seminario Conciliar (las paredes del color de la tierra) y la Iglesia de San Francisco el Grande.
El este de Madrid
La vista de la zona este de Madrid, por desgracia, no aporta nada de carácter histórico. Sí, puede verse el Pirulí a lo lejos, junto a la Calle 30, pero el Paseo del Arte de Madrid y su enorme colección de museos situados a orillas del Paseo del Prado quedan ocultos por las lomas que protegen el Manzanares.
También quedan ocultas las joyas del Parque del Retiro, y por supuesto todas las fuentes y plazas situadas al este del centro. Pero tampoco se ven puntos elevados, como la Victoria Alada en la cúspide del Edificio Metrópolis o la Minerva del Círculo de Bellas Artes.
Imágenes | La Pradera de San Isidro, de Goya, Google, Panorama de Madrid