A 30 minutos paseando desde Plaza de España hacia el centro de Madrid, y dejando atrás las estrechas calles de corte medieval, se encuentra el distrito de Salamanca. Tan solo a 15 minutos si usamos uno de los nuevos vehículos eléctricos de la capital.
Pese a su importancia histórica, algunos datos sobre el distrito de Salamanca hacen poco atractivo para el ciudadano de nivel adquisitivo medio acceder a la zona. Por ejemplo, que tenga el suelo más caro de toda España o que incluya numerosas tiendas de lujo juega en contra de que vecinos de barrios aledaños paseen por sus parques.
Una barrera mental que hace que asociemos la zona solo a las clases pudientes. Pero a pesar del elevado precio de sus inmuebles, es una zona magnífica para pasear y disfrutar de Madrid aunque no seamos millonarios.
Las grandes avenidas del distrito de Salamanca
Los seis barrios del distrito de Salamanca (abajo sobre el mapa) se encuentran rodeados por grandes avenidas. Al este, en los barrios de Castellana y Recoletos (los más conocidos) tienen la Castellana a sus faldas. Todo un paseo de 2,5 km arbolados que enlazan al sur con la calle de Alcalá y O’Donnell, que recorre el doble de distancia (5 km) hasta el Pirulí junto al parque Quinta de la Fuente del Berro.
Ese mismo paseo avanza por toda la zona norte del Parque del Retiro. Si se busca un ambiente tranquilo y arbolado, es un barrio perfecto. Y si nos da por rodear el barrio, cerrándolo en nuestro paseo por la zona oeste (ahora con la Calle 30) y norte (Av. América y María de Molina), tenemos más de 15 km de paseos.
Y eso que todavía no hemos entrado al distrito.
Museos, museos por todas partes
Madrid es una ciudad con una alta concentración en museos, tanto nacionales como privados. Muchos de ellos se agrupan en las inmediaciones del distrito de Salamanca. Por ejemplo, el Paseo del Arte de Madrid discurre en paralelo a los barrios de Recoletos y Castellana.
En la web turística del ayuntamiento destacan (por poner algunos) el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Lázaro Galdiano, la Fundación Juan March y los archiconocidos Museo del Prado y Museo Thyssen-Bornemisza.
Edificios centenarios
La ventaja de pasear en un barrio de edificios centenarios es que no es necesario entrar en todos para apreciar la belleza que pueden contener.
Es el caso de la Casa de América, antiguo Palacio de Linares, el edificio que ocupa la parcela suroeste del distrito. Uno puede entrar solo si hay días de puertas abiertas, pero siempre puede pasear y rodearlo, tomando notas mentales de su estilo.
Como este, el distrito de Salamanca está repleto de edificios históricos. Desde la Plaza de Ventas al Palacio de Amboage (sede hoy día de la embajada italiana):
Casi todos los museos mencionados arriba ocupan edificios que merece la pena contemplar desde fuera. Construcciones que recorren multitud de estilos arquitectónicos y que constituyen obras de arte pos sí mismas.
Milla de oro: compras de lujo (o tiendas para mirar)
En función de nuestro poder adquisitivo, el distrito de Salamanca es, o bien una tienda gigantesca donde comprar lo última en moda, o un escaparate enorme donde ir a mirar. Sí, probablemente lo segundo. Pero que no podamos ir a comprar no significa que no podamos salir de compras a la llamada Milla de Oro.
Ocupa apenas un kilómetro cuadrado pero en este espacio se aglutinan joyerías, zapaterías, tiendas de antigüedades, de ropa y complementos, e incluso museos personales y pajarerías exclusivas, entre otras. Que los precios estén doblados, triplicados o quintuplicados no es motivo para no pasar a ver e incluso a cotillear. Aunque sea para matar la curiosidad.
Cerca de estas tiendas de lujo, el distrito de Salamanca cuenta con un servicio de restauración excelente. Del nivel de las estrellas Michelín y, como tales, no al alcance de todos los bolsillos. Por suerte para los paseantes ocasionales, también hay en el barrio (más escondidos) pastelerías de autor donde tomar un café a un coste respetable.
Imágenes | Luis García, Marcos Martínez, Luis García, Luis García