En forma de media luna, abierta, diáfana y revestida de hormigón. Así es como luce la Plaza del Sol de Madrid hoy día, con varias salidas al suburbano, fuentes y coronada por un gran reloj. Pero no siempre fue de este modo.
Hubo un tiempo en que edificios de comercios ocupaban su centro, y otro en que los tranvías, los trolebuses y los coches trataban de avanzar entre la gente. Ven, toma asiento. Que te vamos a contar una historia.
Cuando la Plaza de Sol era una calle no demasiado ancha
Hubo un tiempo, allá por el siglo XVI (y hasta bien entrado el XIX, por cierto) en que la Plaza del Sol fue un lugar mucho más angosto que por el que estamos acostumbrados a pasear. Una serie de comercios a uno y otro lado continuaban desde calle Arenal y Calle Mayor hasta la Iglesia del Buen Suceso.
Empezamos nuestro camino cerca de 1570, cuando las fortificaciones de los comuneros de Madrid cayeron a menos de las tropas imperiales y dejaron la plaza algo más diáfana que como había estado siglos antes.
Puerta del Sol en 1656, por Pedro Teixeira
En estas condiciones la Plaza Mayor resultó la verdadera plaza central de la Villa de Madrid durante más de un siglo, quedando la Puerta del Sol relegada al comercio y a la entrada de la Iglesia del Buen Suceso, frente a la que hubo una fuente llamada de La Mariblanca.
Un inciso sobre la imagen de arriba. En el siglo XVII los mapas de las ciudades no estaban a escala, y aunque los edificios estén colocados de manera más o menos fiel, muchos de ellos no están bien representados. Para que conste, de la entrada por la calle Mayor a la izquierda del dibujo se habla en los libros que apenas superaba los dos carros de anchura.
Óleo de Luis Paret y Alcázar con la Iglesia del Buen Suceso en el extremo este de la plaza y la Fuente de Mariblanca frente a ella, 1773. Fuente: Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana
Durante varios siglos la plaza recibió pocas reformas más allá de los cambios de uso de algunos edificios y algún que otro pavimento. Más allá de la construcción ocasional de algún edificio, las grandes reformas vinieron con el rey Carlos III.
Una plaza repleta de rifirrafes
Fue en el siglo XVIII que la Corte se traslada de Toledo a Madrid, con lo que resultaba necesario modernizar la nueva capital. Una de las reformas más importantes fue el terminar la Real Casa de Correos que Fernando VI había empezado, un edificio ahora archiconocido y que aunque en 1760 era un edificio nuevo, hoy día es el más antiguo de la Plaza del Sol.
La plaza recién reformada importó bien poco desde a alborotadores como a los ejércitos que por allí pasaron en alguna ocasión. Motines como el de Esquilache en 1766 fueron relativamente frecuentes en el tiempo, y causaban altercados que rompían constantemente el mobiliario urbano.
Pero el premio gordo se lo llevó el Levantamiento del 2 de mayo (o La carga de los mamelucos) de 1808, cuando los españoles se levantaron contra la ocupación francesa. Sí, la ocupación francesa que solo dejó un árbol en todo el Retiro.
Óleo de 1814 de Goya en representación de la batalla del 2 de mayo de 1808 (La carga de los mamelucos), expuesto en el Museo del Prado. Fuente: Museo del Prado
Las reformas de 1860 que cambiaron la forma de la Plaza del Sol
Tras estos combates se hizo necesaria una nueva reforma de la Plaza, que vendría de mano de eliminar algún edificio y reformar otros. En la siguiente maqueta se observa la plaza que quedó tras los últimos combates de 1808.
Maqueta de 1830 por León Gil de Palacio, antes de la reforma. Fuente: Carlos Teixidor Cadenas
Y para cuando la fotografía hizo viable la toma de imágenes empezaron a aparecer vistas como la que sigue, tomada desde la Calle Mayor. Todavía puede verse que en 1854 la plaza era estrecha, poco más que la unión de las calles Mayor / Arenal, y Alcalá / San Gerónimo.
Fotografía Puerta del Sol hacia la Iglesia del Buen Suceso y la calle Alcalá, 1854. Fuente: Desconocida
Reforma de la Puerta del Sol de 1857. Fuente: Arqueología y Patrimonio Virtual
En la imagen de arriba se observa los cambios propuestos para la reforma de 1860. Unos años antes se había incluido el conocido Kilómetro Cero que marcaría el centro de España (y el origen de las carreteras radiales).
Fotografía de 1856 de Charles Clifford. Fuente: Por las calles de Madrid
El reloj de la Puerta del Sol
Tras las reformas –que consistieron básicamente en echar edificios abajo– la plaza que quedó se parece mucho más a la actual en cuanto al espacio dejado para los transeúntes. Puede ya observarse la actual colocación del reloj actual en la fotografía.
Fotografía tomada desde el ahora edificio de La Mayorquina en 1870 (todavía quedaban 24 años para que la pastelería se abriese). Fuente: Juan Laurent
Por la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol han pasado ya unos cuantos relojes. El primero de ellos era un traslado desde el Hospital del Buen Suceso (antigua Iglesia del Buen Suceso) derribado en las reformas. En el óleo que hemos puesto arriba se puede distinguir la forma de un reloj, al que se llamó Reloj de Gobernación.
Sin embargo este reloj funcionaba con unos retrasos propios de la burocracia española, lo que obligó a cambiarlo en 1866 por el reloj que José Rodríguez Losada donó al Ayuntamiento de aquél entonces. Desde 1866 el reloj ha estado funcionando sin descanso, dando las famosas campanadas de Año Nuevo.
La costumbre de comer uvas nació por parte de un pequeño grupo de personas que en las Navidades de 1882 decidieron ir a ridiculizar al entonces gobierno de la ciudad. Y hasta ahora.
Unos años antes, en 1871, empiezan a circular los primeros tranvías por la plaza.
Pequeñas grandes reformas de la Puerta del Sol
Con la entrada de 1900 el tiempo parece acelerarse. Los cambios se suceden tanta frecuencia que para recopilar todos esos cambios sería necesaria una pequeña Enciclopedia de la Plaza del Sol. Aquí hay alguna de ellas:
1910 Los hoteles afincados en la plaza empiezan a colocar carteles luminosos.
1917-1917 Se construye y abre la línea 1 de metro.
1936 A raíz de la Guerra Civil la plaza es bombardeada, en varias ocasiones abriendo boquetes por los que se ve precisamente la L1.
1950 El arquitecto Manuel Herrero Palacios reforma la plaza de nuevo, colocando dos fuentes y un jardín en el centro.
Fotografía de la Plaza del Sol en 1950, tras la reforma. Fuente: Madrid, Ciudadanía y Patrimonio
1950 Se coloca la primera placa del Kilómetro Cero.
1951 Los trolebuses sustituyen a los tranvías.
1954 Se coloca por primera vez el anuncio de Tío Pepe
1960 Empieza la moda de colocar un árbol de Navidad iluminado en el centro de la plaza. Los vehículos privados sustituyen a los trolebuses. Durante esta década se retiran todos los carteles de anuncios de la plaza, salvo el del Tío Pepe.
1962 Televisión Española retransmite las campanadas desde la plaza.
1967 El Tribunal Supremo aclara que la Plaza del Sol (y no la Plaza Mayor) es el centro de Madrid. Se coloca la estatua del Oso y el Madroño.
1986 Se remodelan catorce edificios de la plaza y se retiran las fuentes para llevarlas a Vallecas. Otras dos fuentes nuevas las sustituyen. Se coloca una copia de la Estatua de la Mariblanca que en su momento estaba en la Fuente de la Mariblanca (de la que solo quedan dibujos).
Cartel de la Puerta del Sol con un dibujo de la antigua Fuente de Mariblanca. Fuente: Brian Snelson
1994 Se coloca la estatua ecuestre de Carlos III.
2004 Se coloca una placa de mármol sobre el edificio de Correos conmemorando las operaciones de rescate tras el 11M.
Plaza antes de la reforma de 2005-2009. Fuente: Joe Calhoun
2005-2009 Se remodela la plaza al completo para reducir el tráfico rodado. El transporte público sustituye a los vehículos privados. Se cambia el emplazamiento del Oso y el Madroño. También se coloca una nueva placa del Kilómetro Cero, se crea la boca de Renfe “el Iglú” y regresa la estatua de Mariblanca.
2006 Durante las reformas se encuentra por casualidad los pilares de la Iglesia del Buen Suceso soterrados en 1860, así como cuerpos pertenecientes (se cree) al 2 de mayo de 1808.
2017 ?
Ha habido muchas reformas en el centro de Madrid, y muchas más que llegarán a medida que la ciudad se adapte a sus habitantes.
Imagen de portada | NiverFix