Madrid es una ciudad grande. Basta con observar desde una distancia prudencial cómo llena el horizonte en cualquier dirección. Por eso resulta curioso que haya una pequeña calle tan reducida que bastan una decena de pasos para recorrerla. Es Rompelanzas, la calle más corta de Madrid, y hoy hablamos sobre ella.
¿Dónde está, y qué hay cerca?
La calle de Rompelanzas se encuentra en pleno casco viejo de Madrid. A cinco minutos andando desde la Plaza de España, y situada entre la Plaza de Callao y la Plaza del Sol. Es la calle de unión, construida hace siglos para dejar paso al convento del Carmen.
Enlaza la Calle del Carmen con la Calle de Preciados, así como la Calle Mesonero Romanos y Calle de Maestro Victoria. Todo un nodo de comunicaciones de tan escasos veinte metros de largo.
A su alrededor hay lugares emblemáticos de Madrid, tales como el Monasterio de las Descalzas o la Plaza del Carmen. Así como lugares conocidos dentro y fuera de la capital: Cortilandia se celebra a unos metros, está la Fnac (antigua Galerías Preciados), y las colas navideñas de Doña Manolita. Alguna librería conocida (como La Central) y varias decenas de tiendas pequeñas.
Aunque es una calle diminuta, Rompelanzas cuenta hasta con vistas. Desde ella se pueden observar:
- la Plaza de Callao;
- la Plaza de Sol;
- la Calle de la Gran Vía (la más joven del centro de Madrid);
- y la Calle de Arenal.
Eso sí, buscando un buen ángulo. Algo fácil, porque esta calle es casi tan ancha como larga. No es de extrañar que le pusiesen el nombre de rompelanzas.
Pero, ¿de dónde viene eso de rompelanzas?
Las lanzas que rompe (o rompió) esta calle no son las clásicas lanzas de batalla en la que la gente suele pensar cuando oye la palabra. Ni las toscas de la baja edad media ni las afiladas del medievo tardío que se observa en el cuadro “De las Lanzas”.
Estas lanzas no eran. Cuadro de Las Lanzas, de Diego Velázquez. Fuente: Prado.
Hubo un tiempo en que Madrid fue recorrida por carretas antes que por bicicletas o vehículos a motor. Tanto aquellas que servían como carruaje, como las que transportaban carga ligera, tenían listones de madera que unían el carro (sobre ruedas) con el tiro (el animal).
Estas lanza sí.Carro de transporte de hierba. Fuente: foconorte.
Tan corta era en su momento la Calle de Rompelanzas en relación al largo del carro más el tiro, que en el momento en que el animal trataba de girar se producía el crujido de la madera. La placa de azulejo sobre la que ahora se lee “CALLE DE ROMPELANZAS” tiene un dibujo ilustra a la perfección el punto por el que quebraban las varas.
Placa sobre la calle. Fuente: Wikipedia
Incluso varios personajes famosos de la ciudad de Madrid han tenido accidentes (en aquella época aquello era un accidente) debido a la brevedad de la calle. Tras aquello, no pudo elegirse otro nombre.
El primero de ellos fue el corregidor Luis Gaytán de Ayala, cuya lanza se rompió en un giro brusco. Tras él, el presidente del Consejo de Indias, Juan de Ovando, rompió la lanza de su carro debido a los bandazos que daba el carro por los surcos del suelo. Estos pueden verse representados en el azulejo.
Además de estrecha, incómoda. Justo al contrario que a día de hoy, cuya superficie casi completamente plana deja correr el agua sin problema cuando llueve.
2 comentarios en «Calle de Rompelanzas: la calle más corta de Madrid está en el centro»
Muy interesante. Me aclara alguna duda, pensaba que la lanza se rompía al pasar algún tipo de bache.
¡La verdad que es muy curioso! Nos alegra que te haya gustado la explicación. ¡Saludos!