No es muy frecuente, pero basta con que un restaurante time a un turista como para que resulte molesto y haga daño a nuestra imagen. En verano, Madrid se llena de turistas, y algún restaurante poco ético hace negocio con una doble carta. Una carta para madrileños y otra para turistas si nos ven cara de guiris.
O hace uso de la técnica del cambiazo, robando a los turistas desprevenidos. Explicamos estos dos timos y cómo hacer frente a ellos. Así como los precios frecuentes en bares y restaurantes. ¡Que no te engañen con el precio!
Carta española y carta para turistas
Esta es el timo más frecuente de todos. Consiste en tener dos cartas, o tres o cuatro. Una en castellano, con precios normales:
- Agua a 1,5 euros, refrescos y cañas a 2-3 euros, copas de vino a 4-6;
- Tapas a 3-4 euros;
- Raciones a 5-7 euros;
- Platos a compartir a 8-9 euros;
- Menús entre semana a unos 10-12 euros, y 12-20 euros los fines de semana.
Más otra en inglés, alemán, holandés… al doble e incluso al triple de precio. Algunos restaurantes poco éticos se aprovechan de la diferencia de salarios entre un español y un alemán.
Si eres de fuera igual estás acostumbrado a pagar 10 euros por un refresco. Cuando en España lo encuentras a seis, te parece una ganga. Pero en realidad te están engañando porque no vale más de tres.
Aunque los bares y restaurantes que hacen uso de estas técnicas sean pocos, repercuten muy negativamente en la imagen de Madrid. Con estas prácticas deterioran la credibilidad y confianza del servicio prestado, y del sector de la restauración.
Madrid es una ciudad con una clara orientación al turismo, y robar a los turistas es contraproducente a largo plazo. Da muy mala imagen.
El truco del cambiazo
Este es otro de los trucos más usados, y se hace de la siguiente manera:
- Cuando nos sentamos, nos sacan una carta. Llamémosla CARTA 1.
- La ojeamos, elegimos y pedimos en función del precio de la CARTA 1.
- Cuando ya hemos pedido, el camarero nos la recoge. Es frecuente, y no tiene nada de raro, solo que el timo ya ha empezado sin que nos demos cuenta.
- Al final de la comida, cuando pedimos la cuenta y vamos a pagar, vemos que los precios no coinciden. De modo que pedimos ver la carta.
- El camarero saca otra carta distinta. Además, finge que está ofendido por nuestra desconfianza. La CARTA 2 es idéntica a la CARTA 1, pero con precios más elevados.
- Pagamos, y pensamos que es un error nuestro. E incluso nos disculpamos por las molestias causadas y la culpa nos hace dar propina.
Y ya está, ¡ya nos han engañado otra vez!
¿Cómo protegerse contra estas prácticas?
Lo primero de todo es conocer los precios de lo que consumimos. Así será más fácil que no nos engañen con ninguno de los dos métodos (u otros parecidos). Vale que España sea barata, pero tenemos nuestros derechos como consumidores. Darnos una vuelta por la zona y mirar varias cartas nos alertará de posibles timos.
Si nos entregan una carta solo en inglés, alemán o cualquier idioma que no sea el español, es mejor cambiarla por si acaso. Podemos poner como excusa que estamos estudiando español. Así podremos comprobar los precios.
Es posible que el camarero quiera retirarnos la carta cuando hemos pedido, pero es mejor que no le dejemos. Mejor quedarnos con una «por si queremos pedir algo más». Esto evitará que nos engañen en el precio.
También es recomendable ir a bares o restaurantes con los precios apuntados en la fachada o en una pizarra elevada. Algo visible que sea dificil de cambiar. Si vemos carteles sin precios, mejor evitar el lugar.
Algo que debería ponernos sobre alerta es no ver cartas sobre las mesas cuando vamos a sentarnos. El truco del cambiazo no puede hacerse si podemos coger la carta de la mesa de al lado y mirarla para comprobar precios.
Imágenes | Letiha, Silvia Siles CC BY-SA 2.0, sitpymes, quinntheislander